Hijo de Isis

Askany es un ser de dualidades. Divino y mortal, místico y terrenal. Criado en un reino de leyenda pero forzado a servir en el mundo moderno, busca desesperadamente su lugar en el cosmos mientras paga por los errores de su pasado.

Orígenes en Avalon

Hijo de la diosa egipcia Isis, Askany no creció bajo el sol del desierto, sino entre las brumas del reino mágico de Avalon. Allí, su conexión con la magia floreció desde temprana edad, alimentada por las energías místicas del lugar. Sin embargo, creció ignorante de su verdadera herencia, sintiéndose siempre un extraño incluso entre las criaturas feéricas.

No fue hasta cumplir los 18 años que la verdad le fue revelada, la sangre divina corría por sus venas. Esta revelación no trajo paz, sino una ambición devoradora. Desde entonces, su existencia se ha centrado en un único objetivo, ganar la aprobación de su madre, Isis, con la esperanza de ser aceptado en su panteón y ascender para ocupar un lugar entre los dioses.

La Marca de Set

Su linaje divino atrajo miradas indeseadas. Durante su infancia, los siervos de Set, el dios del caos y enemigo eterno de su madre, intentaron asesinarlo para golpear a Isis donde más le dolía. Aunque sobrevivió al atentado, no salió ileso.

El ataque le dejó una cicatriz profunda que atraviesa su rostro de arriba abajo, un recordatorio constante de su vulnerabilidad y del odio que sus enemigos le profesan. Esta marca no es solo física; alimenta un rencor profundo y un deseo de venganza contra los seguidores de Set que lo consume hasta el día de hoy, a menudo nublando su juicio.

Servicio a la Fundación

Su búsqueda de poder y venganza lo llevó por caminos oscuros, chocando inevitablemente con las leyes mortales. Recientemente, tras un incidente que podría haberlo llevado a prisión de por vida, la Fundación Divina Mundial (FDM) intervino en su favor.

Lograron un acuerdo judicial que lo mantiene en libertad, pero bajo una condición estricta, cumplir horas de servicio comunitario obligatorio. Como parte de este acuerdo, Askany ha sido asignado al GOM 28 “Los Irregulares”, un grupo operativo encargado de tareas especiales, discretas y, a menudo, peligrosas.

Un Dios entre “Mortales”

Aunque colabora con el equipo, Askany no se considera uno de ellos. Su temperamento es volátil y sus métodos, a menudo brutales o excesivamente místicos, son cuestionables para los estándares policiales. Sin embargo, bajo su arrogancia y su obsesión por la divinidad, existe un genuino deseo de redención.

Ve su servicio en “Los Irregulares” no como un castigo, sino como una prueba más en su camino hacia la ascensión. Cada misión cumplida, cada enemigo derrotado, es un paso más hacia el trono que cree merecer, aunque el Inspector Toro tenga que recordarle constantemente que, por ahora, solo es un agente en libertad condicional.